La hermosa
ciudad de Salamanca, Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco, es un museo de arte por sus palacios, iglesias y conventos.
La cálida
y acogedora piedra rosada salmantina no sólo cogió
forma en el estilo plateresco tan abundante en el lugar sino que,
en siglos anteriores, Salamanca fue ya una ciudad románica,
que a pesar de haber perdido innumerables construcciones con el
pasar de los siglos, aún conserva numerosos monumentos
de este estilo.
El principal
es indiscutiblemente la Catedral Vieja de Santa María,
uno de los edificios más emblemáticos y perfectos
conservados en el románico español. Por su importancia,
se estudia en el correspondiente apartado.
Pero hay
que citar una serie de templos o restos que también son
de gran valor y originalidad.
Citaremos
San Marcos el Real, curiosa iglesia de planta circular;
Santo Tomás Cantuariense bien conservada y de líneas
armónicas; San Cristóbal con canecillos bien
curiosos, algunos de primera calidad;San Martín,
iglesia próxima a la Plaza Mayor de Salamanca, que se encuentra
embutida en construcciones modernas pero muy sugerente en su interior;
los escasos pero valiosos restos de la de San Julián
y Santa Basilisa; la recoleta y simpática iglesia de
San Juan de Barbalos y la "hiperrestaurada" pero preciosa
ermita de Santiago, de estilo románico mudéjar.
También tenemos
las ruinas de la iglesia de San Polo y las preciosas arquerías
de un claustro que se halla en la sacristía de la iglesia
de Santa María de la Vega.
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para ver nuestro Vídeo sobre el
Arte Románico en la ciudad de Salamanca
Iglesia
de Santo Tomás Cantuariense
Aunque tradicionalmente
se viene diciendo que la iglesia de Santo Tomás Cantuariense fue
fundada en 1175 en honor a Santo Tomás Becket, arzobispo de Carterbury,
martirizado cinco años antes, es más probable que este edificio
sea de finales del siglo XII o comienzos del siglo XIII.
Se trata de un templo
recientemente restaurado de equilibradas proporciones, magnífica
fábrica de sillería de rojiza piedra arenisca y que se conserva
bastante íntegramente.
Su planta es de una sola
nave, transepto y cabecera de tres ábsides semicirculares escalonados
y bien proporcionados.
Para
Bango Torviso, el templo debió proyectarse para tres naves, de
ahí su cabecera de triple ábside, pero problemas económicos o
de otra índole forzarían a rematar la iglesia de forma más simplificada.
Exteriormente, destaca
la armonía de sus tres escalonados ábsides animados por pilastras
y ventanas molduradas de los que sobresale el crucero en altura.
Misteriosos e interesantes son los discos de clara significación
solar que hay tallado en alguno de los ventanales absiadales.
Algunos canecillos son
de buena talla y atractiva simbología.
La
puerta de ingreso se encuentra en el costado norte presentando
una gran sencillez y limpieza con arquivoltas apuntadas sobre
columnas esculpidas.
La torre campanario de
los pies es muy posterior, de pleno siglo XVI, aunque su sobriedad
de líneas no desentona en absoluto con el resto del templo románico.
En el interior, los ábsides
tienen bóveda de horno y los presbiterios, medio cañón apuntado.
También los brazos del transepto se abovedan con medio cañón apuntado.
El crucero se cubre con bóveda de crucería octopartita cuyos nervios
apoyan en cabezas humanas de expresivos rasgos. Los capiteles
son mayoritariamente vegetales, menos uno que muestra guerreros
a caballo y su en algunos de ellos se aprecia una buena calidad
de ejecución.
San
Martín
La
iglesia de San Martín cierra una de las esquinas de la
archiconocida Plaza Mayor de Salamanca.
Es un templo
de planta basilical, de tres naves y cabecera de tres ábsides
semicirculares.
Un derrumbe
de las bóvedas en el siglo XVIII y un incendio en el XIX
obligarona sendas reconstrucciones y restauraciones que han desfigurado
parte del interior.
Presenta
pilares cruciformes con cuatro semicolumnas en sus frentes más
otras cuatro columnillas acodilladas, soportadas por arcos apuntados.
Algunos de
los capiteles de la nave central son de gran finura.
Exteriormente
sólo la puerta septentrional da indicios del origen románico
de la construcción puesto que está toda ella embutida
en edificios posteriores.
Esta puerta
es armoniosa y recuerda por la decoración de arquivoltas
algunas otras de la cercana ciudad de Zamora, como la famosa Puerta
del Obispo. Especial interés y originalidad tiene la escultura
que se halla a un metro sobre la claves y que representa dos personajes
con un caballo, todo muy estilizado. Se trata de San Martín
partiendo la capa con su espada para compartirla con el pobre
desnudo. No es habitual en el románico español encontrar
estatuas románicas de este tamaño, separadas de
las arquivoltas de las puertas monumentales.
También
mencionaremos que esta buena iglesia salmantina de San Martín
tiene otras dos puertas más muy ocultas. La meridional
está muy mutilada y sólo se ven algunas arquivoltas.
La occidental,
aunque agobiada por una capilla barroca se conserva mejor con
ocho columnas y arquivoltas muy decoradas. Una de ellas muestra
una serie de escenas que han sido interpretadas como las de un
calendario agrícola aunque con un orden equivocado.
El interior
describe una planta de tres naves desarrolladas en cuatro tramos
con cabecera de tres ábsides de largos presbiterios.
San
Marcos el Real
La iglesia de San Marcos
el Real (Real Clerecía de San Marcos) perteneció
a los clérigos de Salamanca
Es una de
las más originales del románico español.
Su planta es perfectamente circular al exterior.
Sin embargo
en el interior, nos encontramos con una iglesia de tres naves
separadas por columnas y arcos ojivales que se prolongan en tres
ábsides, de plantas semicirculares y abovedados con las
habituales bóvedas de cuarto de esfera y medio cañón.
Dicha cabecera, por tanto, queda embutida en el semicírculo
de los muros perimetrales.
Sobre esta
iglesia tan particular ha habido todo tipo de estudios, controversias,
opiniones de los más afamados historiadores y aún
hoy no hay acuerdos importantes ni sobre las causas de tan peculiar
forma, ni de sus fases constructivas.
Hubo quien consideró que esta iglesia se construyó
aprovechando uno de los cubos de la muralla. Ciertamente, se sabe
que la muralla medieval salmantina corría cerca de esta
iglesia, pero no coincide exactamente con su ubicación,
pues el recinto fortificado se situaba más al norte, según
se desprende antiguos planos.
También
se ha especulado que la iglesia se proyectó como un templo
normal de tres ábsides y tres naves y que luego se cambió
de idea para convertirla en cilíndrica.
También
es extraño que los ábsides obedezcan a una estructura
completamente románica (los arcos triunfales y de embocadura
son de perfecto medio punto), mientras que los arcos de las naves
son extremadamente agudos.
Interiormente, se divide en tres naves de dos tramos mediante
arcos bastante apuntados que gravitan sobre anchas columnas (mejor
podríamos decir pilares cilíndricos encapitelados).
Las naves finalizan en tres ábsides embutidos en los muros.
Por su parte
se han estudiado las marcas de cantero de los muros perimetrales
(muy numerosas, por cierto), y parece que pertenecen a los mismos
autores.
La gracia
del templo hay que encontrarla en las formas tan originales e
inusuales, puesto que en la vertiente decorativa escultórica
apenas ofrece alguna concesión, como la mesa de altar del
ábside principal y unos pocos canecillos labrados. También
son interesantes las muy numerosas marcas de cantero incisas en
los sillares del edificio.
En el interior se hallaron
en 1968 fragmentos de pinturas murales que habría que clasificarlas
dentro del gótico lineal típico de los siglos XIII
y XIV. Representan a San Cristóbal, la Anunciación
y la Coronación de la Virgen.
Existen otros varios monumentos románicos en Salamanca.
Citamos sólo la iglesia de San Juan de Barbalos y San Clemente,
San
Juan Bautista de Barbalos
La iglesia de San Juan
Bautista de Barbalos se encuentra en la esquina noreste del casco
antiguo de Salamanca, cerca de lo que fue la antigua muralla.
Es una fundación
de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.
Llama la atención su estampa medieval en contraste con
los edificios modernos y de mayor altura que la rodean. Incluso
a pocos centímetros de su muros meridional existe la terraza
de un bar con mesas donde los jóvenes suelen tomarse unas
cervezas.
Se trata de una pequeña
iglesia pero muy bien construida con sillería rojiza. Tiene
una sola nave alargada engarzada a una cabecera con ábside
semicircular y tramo presbiterial recto.
La puerta se encuentra en el muro meridional y muestra
una arquivolta de medio punto, pero está muy modificada
como sucede en general con todo el muro del mediodía.
Otra puerta encontramos en el muro septentrional.
En este caso tiene arcos apuntados y una pareja de columnas.
A pesar de esta aparente
modestia, estamos ante un noble edificio construido con sillares
de arenisca rojiza que muestra interesantes detalles como son
los capiteles del
ábside que muestran estructura troncocónica rematados
en cimacios de base circular, algo bastante extraño en
el románico.
Por referencias de autores antiguos se sabe que hubo
un claustro adosado al muro norte que además es el mejor
conservado, pues las principales reformas las sufrió el
muro meridional.
Otro detalle importante es la inscripción
pintada sobre la puerta, en el interior del templo que data con
exactitud la consagración del edificio en la era de 1239,
es decir el año 1201.
El ábside se encuentra visible con los
tres citados ventanales que cuentan con idénticas columnas
y capiteles a los del exterior. Los capiteles del arco triunfal
son fitomorfos.
Posiblemente, lo más notable del interior
de San Juan Bautista de Barbalos lo hallamos en el hastial occidente.
Nos estamos refiriendo al extraordinario Cristo de la Zarza, que
es una estatua de madera del Crucificado muy hierático,
vivo, con los cuatro clavos preceptivos y los brazos completamente
perpendiculares al cuerpo -como si se encontrase tumbado más
que colgado- cuyos largos pliegues del perizonium o paño
de pureza delatan una fecha de creación del siglo XII.
San
Cristóbal
En
origen, San Cristóbal fue una encomienda de la Orden del
Santo Sepulcro fundada en la primera mitad del siglo XII a las
afueras de la ciudad amurallada, en su lado oriental.
Sin embargo, el templo
que vemos se debió constuir ya en la segunda mitad del
XII, aunque debió ser muy reformado en el siglo XVII cuando
el derrumbe de la torre destrozó gran parte del templo.
Es una iglesia de planta
de cruz latina de una sola nave, transepto y cabecra de tres ábsides,
siendo en central semicircular y los laterales rectangulares.
La fábrica es de de buena sillería de piedra Arenisca dorada.
A pesar de las reformas
y mutilaciones, la iglesia de San Cristóbal conserva bien
la parte de la cabecera con potente ábside y el crucero.
Muchos de los canecillos
son historiados. En el ábside aparecen los más antiguos,
fechavbles en la segunda mitad del siglo XIII y que muestran águas
bicéfalas, personajes, bustos, arpías, animales,
etc.
A una segunda campaña
pertencen las capillas laterales (posiblemente en el siglo XIII)
donde los protagonistas son los canecillos con grotescas cabecitas
humanas colocadas por parejas o tríos.
Es claro que el escultor
nos quiso transmitir alguna enseñanza con estas misteriosas
cabezas de miradas inquisitivas y en ocasiones enojadas.
Iglesia
de San Julián y Santa Basilisa
La iglesia de San Julián y Santa Basilisa
es una de las muchísimas parroquias que se construyeron
el ciudad de Salamanca durante el siglo XII. En este caso para
dar servicio de culto religioso al barrio homónimo. Se
encuentra al este de la Plaza Mayor, en la Plaza del Mercado.
Lamentablemente, de la originaria construcción
románica, tras diversas intervenciones reconstructivas,
sólo nos ha llegado el cuerpo inferior de la torre campanario
con sus arquearías murales ciegas y, sobre todo, parte
del muro septentrional, donde se abría una de las entradas
del templo.
De ella, lo más destacable son sus arquivoltas
finamente ornadas con palmetas, relieves zigzagueantes con besantes,
etc. Existía todo un juego de parejas de columnas prácticamente
perdidas por la erosión y el maltrato secular. Todavía
en uno de los capiteles se acierta a reconocer un centauro.
Los canecillos que soportan el tejaroz son magníficos
en calidad. Tres de ellos son figurados. Dos son cabezas de hombre
y mujer y el tercero de una animal con tallos de plantas en su
boca.
Encima queda un espigado y sobresaliente león
que estaría acompañado de otro felino semejante
o quizás un grifo. Se trata de la representación
simbólica de los protectores de los lugares sagrados.
Santiago
La iglesia de Santiago de Salamanca se encuentra
al sur del casco antiguo, junto al puente romano que atraviesa
el rio Tormes. Es un ejemplo de la amplia difusión que tuvo el
mudéjar en tierras salmantinas, aunque su representación en la
propia capital es escasa y se centra únicamente en esta iglesia
de Santiago y en las ruinas de San Polo.
Desgraciadamente una desafortunada
e inventiva restauración de mitad del pasado siglo, con el afán
de embellecer lo que había, transformó notablemente la iglesia
hasta convertirla casi en un templo historicista neomudéjar. Bien
es verdad que sabemos por fotografías antiguas que el estado
en que se encontraba era lamentable pero se podía haber
abordado su reconstrucción de una forma algo más
fiel a sus orígenes.
Quizás lo que más
se asemeje la templo original sea la cabecera, aunque tampoco
es ahora como fue antaño.