Románico
en la Comarca de La Valdivia, Palencia
Introducción
La comarca de La Valdivia ocupa el extremo nororiental
de la provincia de Palencia, en plena cuenca de un aún
joven río Pisuerga y en una estratégica posición
junto a la vía de comunicación natural entre la
Meseta Castellana y las tierras de Cantabria.
Dentro de un territorio que ha venido englobándose
últimamente bajo la marca turística de "País
Románico" y que se extiende a lo largo del norte de
Palencia, el norte de Burgos y el sur de Cantabria; delimitaremos
este artículo al conjunto de localidades palentinas situadas
al este de la villa de Aguilar de Campo y de la autovía
A-67; un amplio valle vertebrado por la carretera N-627 y surcado
de minúsculas aldeas que, en la mayoría de casos,
han sabido conservar más o menos modificados su primitivos
templos románicos.
Cabria
En
la cima de un airoso altozano a apenas cuatro kilómetros
al norte de Aguilar de Campoo, la iglesia de San Andrés
de Cabria es una sencilla construcción románica
rural de una sola nave rematada en ábside semicircular
que vio como, ya a finales del gótico, le fue añadida
una segunda nave al costado meridional.
El elemento más interesante del templo es
un portada principal, protegida por un pórtico moderno
y que presenta la particularidad de albergar una las escasísimas
inscripciones fundacionales o de consagración conservadas
en el románico palentino, pudiendo leerse en ella la fecha
del 28 de abril de 1222 y el nombre de Mauricio, obispo de Burgos,
mitra a la que en esos siglos estaba adscrita buena parte de la
antigua Merindad de Aguilar de Campoo.
Despliega dicha portada seis arquivoltas apuntadas
y molduradas a base de fórmulas sogueadas, geométricas
y vegetales que descansan alternativamente sobre pilastras y columnas
acodilladas, presentando sus capiteles cestas vegetales junto
a representaciones de animales reales (león) y fantásticos
(grifos, dragones), así como una escena alusiva al Pecado
Original.
Además de la colección de canecillos
que adornan las cornisas de nave y ábside, son también
de relevancia al interior los capiteles sobre los que descansa
el arco triunfal de acceso al presbiterio, en los que se identifican
seis aves alimentando a sus crías en la cesta del lado
de la epístola, y una lucha de caballeros armados con lanzas
acompañados también de guerreros a pie en la del
evangelio.
Canduela
Unos kilómetros al norte de Cabria, la población
de Canduela llama la atención por la existencia de varias
viviendas solariegas y blasonadas en su pequeño casco urbano,
testimonio de una pretérita prosperidad que nada tiene
que ver con la alarmante despoblación que se cierne hoy
en día tanto sobre la propia Canduela como sobre muchas
de las aldeas de su entorno.
Unos pocos cientos de metros alejada del casco urbano,
la ermita de Santa María (también denominada San
Pedro) permaneció en la más absoluta ruina y olvido
hasta que, en 1990, fue objeto de una acertadísima restauración
por parte del Centro de Estudios del Románico.
En la actualidad se presenta como una modestísima
construcción tardorrománica de nave única
cubierta por un armazón de madera moderno que sustituye
al original, y una cabecera cuadrangular con bóveda de
cañón apuntada a la que se accede mediante un sencillo
arco triunfal también de perfil apuntado.
Al exterior, amén de las pequeñas saeteras
y la sencilla línea de canecillos, tan solo rompen la monotonía
su apuntada portada meridional y la prototípica espadaña
del norte palentino configurada en tres cuerpos; el inferior liso,
el intermedio con dos huecos de campanas, y el superior con una
tronera y rematado en un agudo piñón triangular.
Cezura
Cezura es uno de los tres pequeños enclaves
palentinos situados dentro de los límites provinciales
cántabros atravesados por la carretera que comunica Aguilar
de Campoo con los valles de Valdelomar y Valderredible.
Al pie mismo de dicho vial, la iglesia de Santiago
Apóstol, acertadamente restaurada hace escasísimas
fechas, es el resultado de tres campañas principales: una
primera románica concebida como nave única y cabecera
cuadrada, una segunda probablemente bajomedieval en la que sería
añadida una segunda nave al norte (convertida después
en trastero y sacristía), y una última renacentista
en la que se sustituirían las cubiertas de las naves y
se erigirían la torre y el porche clasicista de ingreso
al templo.
Al exterior, el interés se concentra en el
ábside, en cuyo eje abre una elegante ventana de medio
punto sobre columnas culminadas en capiteles decorados con grifos
en una cesta, y con una erosionada escena que bien podría
ilustrar el episodio de Daniel en el foso de los leones en la
opuesta.
Muy interesante es igualmente la colección
de canecillos figurados que adornan las cornisas, pudiendo identificarse
entre otras composiciones animales, una tañedora de arpa,
una esfinge, un hombre que levanta impúdicamente su túnica
mostrando sus genitales, una contorsionista, un arquero o una
mujer con una serpiente que probablemente haría alusión
al pecado de la lujuria.
Al interior, el arco triunfal de ingreso al presbiterio,
doblado y apuntado, se yergue sobre pares de columnas rematadas
en interesantísimos capiteles figurados, apareciendo en
el lado de la epístola la recurrente escena de Sansón
desquijarando al león; y en el del evangelio una interesante
composición en el que una figura femenina parece mediar
en el combate de dos jinetes, escena que ha sido interpretada
como "la tregua de Dios" y que se repite varias veces
en contextos norteños tanto palentinos como burgaleses.
Villarén de Valdivia
A los mismos pies del mítico y riquísimo
en hallazgos arqueológicos Monte Bernorio, la localidad
de Villarén de Valdivia es también conocida por
su ermita de San Martín, situada a escasos metros del casco
urbano y, sin duda, una de las más interesantes iglesias
rupestres de la provincia al conservar además una controvertida
inscripción con su posible fecha de consagración.
En el mismo centro de la población y destacando
sobre el resto del caserío, la iglesia de Santa María
es una recia construcción renacentista que supo integrar
en ella la antigua portada principal de su templo románico
preexistente.
Conserva ésta sus cinco arquivoltas apuntadas
sobre pilastras y columnas cuyos capiteles vegetales parecen claramente
influidos por repertorios procedentes del no lejano monasterio
de San Andrés de Arroyo.
Pomar de Valdivia
Cabecera de un extenso municipio que agrupa gran
parte de las aldeas que nos ocupan, Pomar de Valdivia vio como
su iglesia parroquial de Santa Cruz fue profundamente remodelada
entre finales del gótico y principios del Renacimiento,
conservando tan solo de su primitiva obra románica la portada
sur y varios canecillos reubicados en sus cornisas norte y sur.
La portada, presentada bajo un breve tejaroz sustentado
por canecillos, despliega dos arquivoltas de medio punto que apean
sobre columnas de fustes cilíndricos rematadas en capiteles
historiados, adivinándose un guerrero a caballo en la cesta
de la izquierda, y una Huída a Egipto en la de la derecha,
motivos ambos reiterativos en la comarca y puestos en relación
con repertorios procedentes del monasterio de Santa María
la Real de Aguilar.
Tanto en las cornisas del muro norte como en las
del sur fueron recolocados varios canecillos originarios de la
fábrica románica, la mayoría de ellos geométricos
con algunas excepciones en forma de animales o incluso figuras
humanas masculinas y femeninas.
Báscones de Valdivia
A las afueras del reducidísimo casco urbano,
la iglesia de San Sebastián de Báscones de Valdivia
es un edificio del siglo XVI que conserva, empotrado en el muro
sur, un singular tímpano de transición del románico
al gótico.
En él aparece Cristo sedente y bendiciendo
rodeado a cada uno de sus lados por parejas de ángeles
portantes de los instrumentos de la Pasión (corona de espinas,
clavos, lignum crucis y sudario), una composición con gran
similitud al tímpano reubicado en la torre de la colegiata
de San Miguel de Aguilar de Campoo.
Helecha de Valdivia
Casi lindante con tierras cántabras, el perfil
de Helecha de Valdivia aparece dominado por su iglesia parroquial
de San Pantaleón, situada en la parte más elevada
del caserío acomodada sobre una suave ladera.
Construcción eminentemente rural y muy reformada
en épocas relativamente recientes, llama la atención
la existencia en su muro sur de dos portadas románicas,
de las cuales, la situada hacia los pies y que vendría
a ser la original, presenta un sencillo vano de medio punto que
descansa sobre jambas decorada con motivos vegetales incisos.
La más próxima a la cabecera, hoy cegada
y de tamaño claramente desproporcionado respecto a la longitud
de la nave, parece ser que fue recolocada en el siglo XIX y procedería
de la desaparecida ermita de Santa María de Bernorio.
En el interior del templo, el único elemento
románico destacable es una pila bautismal caliciforme cuya
cara interna de la copa presenta talla avenerada mientras que,
al exterior, aparece decorada con arquillos ciegos y medias ovas
o semibezantes.
Rebolledo de la Inera
Al otro lado de la carretera que comunica Aguilar
de Campoo con Burgos, la población de Rebolledo de la Inera,
prácticamente deshabitada, conserva en el extremo oriental
del caserío la iglesia de San Miguel, restaurada en 2008
dentro del programa de intervenciones del Románico Norte.
Se trata de un templo rural con torre de dos cuerpos
de cronología tardía añadida al muro occidental,
nave única cubierta de madera y cabecera cuadrangular rematada
al exterior por sendos contrafuertes angulares que no alcanzan
la cornisa.
Los elementos más destacables de su pasado
románico son la ventana absidial, de medio punto sobre
columnas culminadas en capiteles vegetales; y el arco triunfal
de acceso al presbiterio, apuntado y doblado que descansa sobre
capiteles decorados a base de temas vegetales y cabecitas que
regurgitan tallos.
Renedo de la Inera
Apenas a un par de kilómetros al sur de Rebolledo
y también azotada por la despoblación, Renedo de
la Inera recibe al visitante con la incomparable silueta del ábside
de su iglesia parroquial de San Roque, levantada junto a una necrópolis
altomedieval tallada en la roca.
El templo, también restaurado dentro del programa
de intervenciones del Románico Norte, conserva de su primitiva
fábrica románica la espadaña y la cabecera
semicircular precedida del consabido tramo recto presbiterial
cubierto con bóveda de cañón apuntado. Es
de suponer que la nave, bien por un derrumbe o bien por adaptarse
a modelos estéticos más actuales, fue remodelada
en siglos posteriores como atestiguan sus bóvedas de terceletes.
El ábside, de sillería bastante noble,
queda dividido en tres paños separados por dos contrafuertes,
abriendo en el eje un sencillo ventanal de doble arquivolta de
medio punto sobre columnas con capiteles decorados con crochets.
Al interior, la única licencia decorativa se limita a los
capiteles del arco triunfal, animados también a base de
motivos vegetales y alguna cabecita aislada.
Respenda de Aguilar
En el extremo oriental de la comarca y coronando
un pequeño cerro que domina tanto la Valdivia palentina
como el ya burgalés Valle de Valdelucio, la iglesia de
San Roque de Respenda de Aguilar fue muy recientemente rescatada
del abandono y de una más que segura ruina a la que parecía
condenada como consecuencia directa del acuciante éxodo
rural que también afecta a esta aldea.
Edificio tardorrománico de nave única
y cabecera plana caracterizado por su total austeridad decorativa,
oculta en su interior una gratísima sorpresa en forma de
una pila bautismal figurada que, sin duda alguna, puede catalogarse
como una de las más interesantes del románico palentino.
Presenta una copa troncocónica recorrida en
su embocadura por una cenefa vegetal entre cintas perladas, decorándose
su cara exterior con una escena de lucha de leones, un combate
entre un león y dos guerreros y, bajo unos arquillos, tres
enigmáticos personajes portando objetos inidentificables
en posición frontal y ataviados con largas túnicas
resueltas con gran esquematismo en sus pliegues.
(Autor del texto
del artículo/colaborador de ARTEGUIAS:
José Manuel Tomé)