Pintura
Gótica en Italia
Introducción
La arquitectura
gótica va a determinar las composiciones de la pintura
en la Italia del siglo XIII. Al sustituir los grandes muros donde
antes se disponía la pintura mural, por amplios ventanales
hace que la pintura deba tomar otras vertientes dependiendo de
la demarcación geográfica en la que se lleve a cabo.
Mientras en
el resto de Europa se va imponiendo la pintura sobre tabla, generalmente
en retablos sobre el altar, en Italia aún se continúa
utilizando la pintura mural. Los nuevos palacios Ducales, como
el de Siena, hacen que la pintura salga del ámbito
eclesiástico y se imponga en la vida civil.
Existe en
el mundo de la historiografía del arte la tesitura de denominar
esta pintura italiana como Gótica o como precursora del
Renacimiento, nosotros tomaremos como buena la denominación
de Gótico Italiano pues es la más extendida en los
manuales consultados.
Iniciado el
siglo XII, a la vez que se desarrollaba el llamado estilo del
gótico lineal en países como Francia o Inglaterra,
en Italia se imponía un modo diferente. En el gótico
lineal la importancia principal reside en el dibujo que limitan
a los vivos colores.
En
ellos interesaba más la vivacidad del pigmento que la degradación
del color en función de la luz. Se intenta realizar un
arte amable y sencillo, sin mayores pretensiones estilísticas
que la belleza del dibujo y vivacidad del color. Ejemplos de este
tipo de pintura serían las vidrieras y miniaturas de la
Catedral de Chartres.
Sin embargo
en Italia la influencia bizantina va creando ya en el Duecento
unas formas que se concretaran en las escuelas sienesa y florentina
cuyo esplendor máximo será el siglo XIV. Las características
principales de esta pintura son la preocupación por la
representación de la profundidad, lo cual nos conduce a
la búsqueda de la perspectiva clásica.
Con respecto
a la figura humana se comienzan a realizar estudios anatómicos
del natural y se incluyen en las pinturas los estados anímicos.
Es importante igualmente el valor dado a la luz como determinante
en la matización de los colores en sus tonos y gamas cromáticas.
Duecento
Giunta
Pisano
En el siglo
XIII, se inicia el periodo denominado Duecento, destacando la
escuela toscana. El mayor representante de este periodo será
Giunta Pisano. Nacido en la ciudad de Pisa en torno a 1180 desarrolló
su obra desde 1202 a 1235 siendo la zona de la toscana su mayor
foco de atención, aunque llegó a pintar en la ciudad
de Bolonia.
Especializado
en grandes pinturas de crucifijos, crea un modelo de Cristo muy
estilizado y con la cadera muy ladeada. El Cristo se encarama
en una ancha cruz en cuyas terminaciones se representa escenas
marianas o de san Juan Bautista.
La influencia
de Bizancio es innata en sus crucifijos, pareciendo estas representaciones
marianas, auténticos iconos. Las cruces no quedan lisas
sino que se llena de entramados decorativos sobre los que parece
apoyarse el cristo.
La técnica
utilizada por el maestro pisano era la tela estirada sobre la
madera con una preparación de yeso anterior a la pintura.
Vecina a Pisa existió la escuela de Lucca con crucifijos
pintados y la obra del taller de los Berlinghieri, con Cristos
realizados según los cánones bizantinos.
El retablo
toscano constituye una variante especial a los retablos europeos,
ya que el tamaño de las escenas es mayor y más ordenado.
El centro está ocupado completamente por la figura del
santo al que se dedica, permitiendo la lectura de las imágenes
por el fiel, lo cual entronca de nuevo con la intención
renovadora de aproximar la doctrina a los creyentes.
Existió
otra escuela de Roma de la que destacan los mosaicos de Jacopo
Torriti en la iglesia de Santa Maria la Mayor, en los que se representa
la Coronación de la Virgen.
En pintura,
Pietro Cavallini desarrolló un magnifico Juicio Final en
la Iglesia de San Cecilia en el Trastevere, a la vez que destacó
en la técnica del mosaico en obras como las Historias de
la Virgen de Santa María también en el Trastevere.
Trecento
Culturalmente
el Trecento es un siglo privilegiado que contó con los
primeros nombres reconocidos como genios: Dante, Petrarca, Giotto
o Duccio son algunos de ellos. Sus producciones marcan un espíritu
nuevo que pone al hombre y su voluntad en el eje de la creación
artística.
La técnica
utilizada en la Italia del Trecento es el temple, en el que se
utiliza huevo como aglutinante de los colores. En algunas ocasiones
se utilizaba cola obtenida de los huesos de animales. Será
con la pintura holandesa, en el siglo XV, cuando se comience a
utilizar la técnica del óleo, con el aceite como
aglutinante.
Cimabue
El precursor
de este periodo y con ello intermediario con la corriente del
Duecento fue el florentino Giovanni Cenni di Pepo, más
conocido como Cimabue (1240 - 1302). Suele ser considerado como
uno de los fundadores del arte moderno y se cree que fue el maestro
de Giotto.
Se hallaba
en Roma en el año 1272 con seguridad y pudo haber recogido
la influencia de la corriente clásica representada por
Cavallini. Estos pintores de murales y creadores de mosaicos estaban
particularmente interesados en conseguir un mayor naturalismo
en sus obras y quizás Cimabue compartiese esta preocupación.
Aunque Cimabue
fue un pintor de estilo bizantino, intentó liberarse de
la imagen plana tradicional de la pintura de iconos. Con ello
dio los primeros pasos en busca del realismo que ha desempeñado
un papel tan importante en la pintura occidental.
Su
obra más conocida es la Maestá, que originalmente
estaba en el altar de la iglesia de Santa Trinita, en Florencia,
y que se encuentra ahora en el Museo de los Uffizi. La palabra
Maestá significa «majestad», y se
utilizaba para hacer referencia a las pinturas de la Virgen y
el Niño en las que María está sentada en
un trono rodeada de ángeles.
Posee una
gran dulzura y dignidad, sobrepasando en contenido emocional a
las figuras rígidas y estilizadas de los iconos bizantinos.
El tratamiento de la suave textura de los tejidos y el espacio
tridimensional creado por el taraceado del trono en el que están
sentados la Virgen y el Niño constituyen novedosas técnicas.
En la parte inferior hay cuatro figuras bíblicas, simbolizando
la fundación del reino de Cristo: los profetas Jeremías
e Isaías bajo los arcos laterales, Abraham y el rey David
en el centro.
Una de las
pocas obras de la que hay documentos que atestigüen que fue
realizada por Cimabue es una representación de San Juan
que forma parte de un mosaico en el ábside del Duomo de
Pisa, en cuya realización se hallaba trabajando en 1302.
Giotto
di Bondone
El entorno
en el que vivió Giotto fue muy activo desde el punto de
vista artístico, religioso y filosófico, en una
época de profundas transformaciones. A él se le
atribuye el mérito de ser el creador del cuadro con significado
propio y el precursor de los estudios de la naturaleza y el espacio
que más tarde daría lugar al Renacimiento.
Fue
contemporáneo de Dante, quien lo cita en "La Divina
Comedia" (Purgatorio XI, 94-6)