Guía
del
Románico en Toro y su Alfoz
Introducción
Toro fue
una ciudad de peso económico y político durante
la antigüedad y edad media, fruto del cual ha conservado
un legado monumental de primer orden.
El origen
de Toro es celtibérico y romano aunque de los tiempos antiguos
se conoce poco. Fue repoblada por el rey García I de León
en el año 899 ya que el lugar presentaba importancia estratégica
al asentarse sobre un cerro bajo el cual discurre el río
Duero.
Además
de contar con una gran colegiata románica que puede ser
considerada como uno de los monumentos medievales más importantes
de España, es destacable por ser uno de los focos primordiales
del románico mudéjar que se extendería como
un vector en dirección sureste a otras tierras como Alba
de Tormes (Salamanca), Olmedo (Valladolid), Arévalo (Ávila)
y Cuéllar (Segovia), por citar sólo los núcleos
urbanos más importantes.
Colegiata
de Santa María la Mayor de Toro
La
colegiata de Toro es una voluminosa construcción románica
cuya estampa impone una fuerte impronta estética como en
pocos casos en el románico español.
Se llevó
a cabo desde el último tercio del siglo XII hasta entrado
el XIII. Como consecuencia de tan largo periodo se aprecian diferentes
maneras de enfocar la construcción.
Un primer
maestro, empleando como material la piedra caliza, fue el creador
de la magnífica cabecera y portadas laterales usando un
lenguaje románico evolucionado y refinado.
Paradójicamente
el segundo maestro que finaliza la construcción y cubre
el templo emplea recursos más arcaizantes (bóvedas
de cañón para nave principal y transepto) y utiliza
piedra arenisca de color más rojizo.
Además
de la gran cabecera formada por tres ábsides, siendo el
central el más decorado con arquerías y los vanos
ornamentados (incluyendo una gran colección de rosetones)
es sin duda el cimborrio el elemento arquitectónico más
apreciado.
Sin duda
que su origen hay que buscarlo en la catedral de Salamanca que
a su vez parte de la catedral zamorana. La Colegiata de Toro fue,
por tanto, la tercera escala de esta ingeniosa linterna de gusto
bizantino en aquellas tierras y que aún se exportaría
a la extremeña Plasencia.
Sin embargo, la erección del cimborrio fue una decisión
postrera, seguramente provocada por la sorpresa de los cimborrios
de Zamora y Salamanca ya que la planta de la colegiata de Toro
no estaba preparada inicialmente para esta arriesgada empresa.
Más
información de la Colegiata
de Toro
San
Salvador de los Caballeros
La
experiencia románica francesa de la Colegiata fue estéril
en el resto del patrimonio medieval de Toro, pues los demás
edificios religiosos contemporáneos se construyeron empleando
el lenguaje del románico mudéjar.
Aquí
se inicia el llamado "foco toresano" que se extiende
de por algunas comarcas de Valladolid, Salamanca, Ávila,
incluso Segovia, caracterizado por emplear en los ábsides
largas arquerías murales en un solo nivel, evitando la
superposición de pisos o cuerpos.
A este
prototipo pertenece la iglesia de San Salvador de los Caballeros,
perteneciente originalmente a los templarios. Hoy no tiene culto
y se ha convertido en el Museo de arte religioso de Toro con una
apreciable colección de tallas románicas y góticas.
Su planta
es de tres cortas naves unidas a una hipertrofiada cabecera de
tres ábsides de planta semicircular y largos presbiterios.
La parte
más afectada por reformas es la correspondiente al muro
y nave meridional.
Las arquerías
interiores son una delicia, aunque la nave meridional fue rehecha.
También es apreciable la recoleta puerta de arcos apuntados
con frisos alternantes de esquinillas y ladrillos a sardinel.
Otro de
los alicientes de la iglesia de San Salvador de los Caballeros
de Toro es la instalación en la iglesia del Museo de Arte
Sacro, donde se exponen piezas de gran interés pertenecientes
a diversas iglesias toresanas.
De todas
ellas, citaremos algunos capiteles procedentes de la colegiata
románica, probablemente de la puerta norte.
Sorprende
una interesante estatua pétrea románica del siglo
XII de la Virgen con el Niño procedente de la iglesia de
San Julián. En ella, el Niño no se halla sentado
en el regazo de María sino erguido y sujeto en vilo por
sus caderas.
Otra pieza
sobresaliente es un Cristo románico policromado de la iglesia
de Nuestra Señora del Canto.
Otras
obras de arte de gran importancia que se exponen son algunos Cristos
góticos; dos piezas de María y San Juan pertenecientes
a un Calvario; una talla de la Virgen del siglo XIII procedente
de la Ermita de la Vega; una estatua pétrea del Arcángel
San Gabriel del siglo XIV; la mesa de altar románica de
la iglesia de la Trinidad; una magnífica puerta con herrajes
originales del Monasterio de Santa Clara, etc.
San
Lorenzo el Real
La iglesia
de San Lorenzo el Real de Toro es monumento nacional desde 1929
y se considera la iglesia de ladrillo más antigua de Toro,
posiblemente del siglo XII.
Es un
templo construido básicamente con ladrillo. Tiene planta
de una nave precedida por cabecera formada por un ábside
semicircular (poligonal al exterior) y profundo presbiterio de
dos tramos.
Tanto cabecera como nave se decoran con los característicos
arcos ciegos sencillos o doblados. Los frisos de esquinillas confieren
el adecuado sentido horizontal en contraste con la verticalidad
de las arquerías.
Concretamente,
el ábside tiene dos niveles de arquerías, además
de un zócalo pétreo añadido en el siglo XVII.
El inferior es de arcos doblados. El piso superior es de arcos
de medio punto sencillos encuadrados.
Una de
las características de este ábside es que los arcos
de ambos pisos descritos están desalineados.
El los
muros de la nave se invierten los diseños de los dos pisos.
San Lorenzo
tiene tres puertas de ingreso. La más monumental es la
puerta sur. Sobre arimez se abre el vano de la puerta rodeada
de seis arquivoltas abocinadas y apuntadas que apoyan sobre las
jambas por intermediación de impostas de perfil de nacela.
Las puertas oeste y norte son mucho más pequeñas
y sencillas pues sólo cuentan con dos arquivoltas. La norte
se encuentra actualmente cegada.
En el
interior se aprecian algunas reformas, pero sigue siendo una obra
de gran belleza. Los muros laterales llevan un solo orden de arquerías,
lo que servirá de inicio para el mudéjar de modelo
toresano en otras iglesia de la zona. El ábside continúa
teniendo dos pisos de arcos.
Ermita
de la Virgen de la Vega o Cristo de las Batallas
Este templo
mudéjar se asienta cerca del Duero, al sureste del núcleo
urbano, junto a un bello bosquecillo.
Tras su
restauración es uno de los edificios medievales más
fotogénicos de Toro. Tiene una nave terminada en la habitual
cabecera de tramos recto y ábside. El material es ladrillo
en su totalidad. Las arquerías definen perfectamente el
modelo toresano, abarcando en un solo registro la totalidad del
muro.
Las puertas
-norte y sur- tiene arquivoltas apuntadas y friso de esquinillas.
Otros
monumentos románicos y mudéjares de Toro
El románico
mudéjar de Toro ofrece otras posibilidades como San Pedro
del Olmo y Santo Sepulcro.