3. Decadencia del propio
papado, que deja de ser el impulsor de la religiosidad y la cultura
en occidente
El Papa Nicolás I
se encontró con que el estado pontificio resultaba imposible
de ser defendido sin el apoyo del emperador Carlomagno frente a
las pretensiones de la aristocracia romana. Desde principios del
siglo X se cae en una de las crisis más profundas del pontificado,
aunque sin perder por completo su autoridad moral frente a la iglesia
occidental.
Todos estos hecho juntos
y otros de carácter más local llevan a la Europa Occidental
a una etapa de grave decadencia cultural, donde el único
refugio de la cultura se halla en los monasterios, aunque muchos
fueron saqueados y destruidos
Los scriptoria desaparecen
y las bibliotecas se dispersan. Sin embargo, esta decadencia fue
corta, ya que comienza a superarse en el último tercio del
siglo X. Los normandos se estabilizaron en Inglaterra, los musulmanes
quedaron instalados definitivamente en Al-Ándalus sin prácticamente
nuevas incursiones y se soluciona la amenaza húngara.
Las manifestaciones de este
nuevo impulso o renacimiento se van a concretar sobre todo en dos
instituciones:
Imperio en Germania
El Sacro Imperio Romano
Germánico provoca un resurgir cultural apoyado por los emperadores
con el fin de que acompañen y secunden sus pretensiones políticas.
Creación de la
orden de Cluny
Cluny fue fundado en el
910 por el monje Berno y un pequeño grupo de seguidores bajo
el patrocinio de Guillermo de Aquitania. Desde sus inicios, la orden
cluniacense ofreció dos aspectos muy originales:
En muy poco tiempo se fundaron
cientos de casas, y en el siglo XII la casa madre de Cluny ya dominaba
sobre 1500 abadías. Cluny en un principio reestableció
la vieja regla benedictina prácticamente en todo su rigor.
Mantiene la pobreza, la castidad, la obediencia, la humildad y la
penitencia, aunque la pobreza no concernía a la construcción
de los monasterios ni a sus ornamentos.
Como novedades respecto
a la primitiva regla, la cluniacense impone el silencio de los monjes,
que hablarán por señas, y la solemnidad del canto
litúrgico, que llena casi toda la jornada de los monjes e
inaugura la existencia del canto gregoriano. Se rompe, al igual
que sucedió el los monasterios carolingios, el equilibrio
entre oración y trabajo, ya que el cultivo de los campos
quedaba en manos de siervos y colonos y, frente al mundo carolingio,
se desatiende la meditación y el estudio.
Cluny asumió un papel
muy importante en la evolución de las costumbres. Acomete
por un lado la reforma de la religión popular, y para fomentar
la piedad de los laicos, insiste en la necesidad de la penitencia
a través de la peregrinación.
Por ello debemos a Cluny
la mejora y preparación de las rutas peregrinas con hospederías,
hospitales e iglesias, que van a centrarse preferentemente en tres
vías: la de Jerusalén, la de Roma y la de Santiago
de Compostela. El fomento de la peregrinación presupone que
a través de sus iglesias, hospitales y albergues pueden difundir
fácilmente los fundamentos de la doctrina cristiana al mismo
tiempo que ofrecen al pueblo un apoyo tanto en sus necesidades materiales
como en las espirituales.
Cluny consideraba que la
de Occidente era una sociedad violenta, por lo que decidió
crear dos instituciones fundamentales con el fin de que encauzarla
por la vía de la paz:
Esta medida supuso una reducción
de la violencia y aunque fue de forma muy paulatina, este proceso
desembocaría a que los caballeros adoptaran una nueva actitud
encaminada a la defensa de los débiles.
La Reforma Gregoriana apoyada por los cluniacenses
La llamada Reforma Gregoriana fue un movimiento de
regeneración de la Iglesia Católica en el siglo XI
que consumó el papa Gregorio VII (antiguo monje cluniacense)
aunque ya había comenzado años antes durante los papados
de León IX y Nicolas II.
La Reforma Gregoriana fue encaminada a lograr la independencia
frente a emperadores, reyes y nobles que habían adquirido
poder sobre la elección de los cargos eclesiales. Hay que
recordar aquí que en Alemania, el emperador era quien se
encargaba de elegir y proponer los candidatos a papa.
También era una práctica habitual que
los señores feudales intervinieran en la elección
de los obispos de las diferentes diócesis y de los abades
que dirigían los monasterios. Una vez elegidos, dichos eclesiásticos
tenían la obligación de jurar vasallaje ante el noble
laico que lo había elegido. A esta costumbre transgresora
de la independencia eclesiástica se le hadado el nombre de
Investidura Laica.
Muchos reyes y nobles no dudaron en recibir sobornos
por candidatos en absoluto movidos por vocación sino por
ansias de poder, para que fueran los elegidos para dichos cargos.
Esta práctica se denomina Simonía.
Tales prácticas desembocaban inexorablemente
en la secularirazación de la Iglesia que se encontraba en
manos de personas no aptas para los cargos que ocupaban y que, además
tenían que obedecer a las autoridades laicas que los habían
nombrado. Muchos de estos cargos caían rápidamente
en una relajación de costumbres que les llevaba a contraer
matrimonio o convivir con barraganas (Nicolaísmo).
Los cluniacenses apoyaron a los papas en la superación
de estos graves defectos y devolver el poder de elección
de los cargos eclesiásticos a la propia Iglesia, asegurando
que fueran personas más íntegras y vocacionales.
La
jornada en un Monasterio Cluniacense
En el monasterio cluniacense,
la jornada litúrgica era muy extensa, y será prácticamente
igual a la de otras órdenes monásticas que le siguieron.
Comenzaba en nocturnos o maitines, aproximadamente a la medianoche.
Tras ello, los monjes podían volver a la cama hasta laudes,
que es el rezo del final de la noche o del comienzo del alba. Tras
ello, tocaba prima, que se rezaba a la salida del sol y que era
cuando ya abandonan totalmente el lecho. Entonces comienza el capítulo
conventual, que consistía en la lectura de la regla, se reza
por los monjes muertos y se tratan asuntos internos de la comunidad.
Luego se pasa a tercia, misa de difuntos y misa mayor, tras la que
se hace una parada de para la comida, que consistía en hortalizas,
legumbres, queso, algunos huevos, pero en todo caso nada de carne.
Después de la comida
tocaba sexta, tras la que había un momento de esparcimiento,
y se podía ir al locutorio, único lugar donde se podía
hablar, aunque nunca de dos en dos, para evitar actos homosexuales.
Tras ello venía nona, vísperas, cuando comenzaba a
caer el sol, tras ello una cena muy frugal (y en días de
ayuno ni siquiera). porúltimo, rezaban completas antes de
irse a dormir, en invierno hacia las 6 y en verano entre las 7.30
y las 8 de la tarde.
Arquitectura
y dependencias del Monasterio de CLUNY II
El Monasterio de Cluny II
data de mitad del siglo X. Ya es un monasterio muy bien definido
y en el que se han corregido los errores del monasterio carolingio.
Nos encontramos con una
entrada que da a un gran patio, flanqueado por dos hospederías.
A la izquierda se encontraba la hospedería de los nobles,
un gran edificio dividido en dos partes con sus correspondientes
letrinas, pues era de rigor que las mujeres y los hombres estuvieran
separados.
A la derecha estaba la hospedería
de pobres, más pequeña aunque también con letrinas.
También junto a la puerta de entrada había una estancia
en donde se encontraría el monje pobrero u hospedero para
atender fundamentalmente a los necesitados que llegaban al monasterio.
Se cerraba el patio con
unas estancias muy amplias en las que en su parte baja se encontraban
los establos y en su parte alta las viviendas de los hermanos legos,
los siervos del monasterio que también hacían voto
de castidad y obediencia y que se dedicaban al servicio de los monjes.
Tras ello aparece la iglesia,
muy monumental para la época, que parece que fue lo primero
que se construyó, mientras que el resto del monasterio se
iría construyendo a su alrededor en los últimos años
del siglo X en incluso los primeros del XI. Tenía un gran
nártex llamado galilea, que era donde se ubicaban generalmente
los fieles que se aproximaban al monasterio para asistir a sus cultos
y donde incluso llegaban los monjes en las procesiones que llevaban
a cabo por todo el templo. La planta era basilical, dividida en
tres naves y con un transepto muy marcado en planta. En la cabecera
había una enorme proliferación de capillas.
Lo que más asombraba
del monasterio era su sistema de canalización del agua, y
se piensa que quizá conocían el sistema de los palacios
musulmanes, quizás a través de algún monasterio
como el de Ripoll.
Se accedía al monasterio
a través de una pequeña sala donde todo el mundo debía
lavarse los pies y los domingos, mientras los monjes estaban en
misa, podía ser visitado por otros monjes.
El claustro estaba rodeado
de estancias similares a las del monasterio carolingio, con la novedad
de la aparición de la sala capitular, que se situó
junto a la iglesia.
Junto a la sala capitular
se encontraba el locutorio y tras este, la sala de los monjes. Parece
que la parte superior de estas tres estancias era un dormitorio
corrido.
En el ala sur del claustro
se encontraba el calefactorio, el refectorio, unas cocinas bastante
amplias y unidas por un pasillo con las viviendas de los hermanos
legos y la cilla, el almacén.
Paralelo al monasterio,
estaban las dependencias de los novicios, quizá con talleres
de carácter suntuario. En la parte superior, aislado de lo
demás, se encontraba la enfermería, la casa de los
médicos, la sala de flebotomía y el cementerio, que
daba justo a la cabecera de la iglesia.