Guía
del Románico en el Condado de Treviño
Esta
ruta fija su itinerario por el Condado de Treviño,
territorio burgalés (un enclave histórico) situado
en el corazón de la provincia de Álava, a pocos
kilómetros de su capital, Vitoria.
Este territorio
burgalés dentro de Álava tiene su origen en los
conflicto bélicos entre los reinos de Castilla y Navarra
allá por el siglo XII (entre los reyes Alfonso VIII de
Castilla y Sancho el Sabio de Navarra).
Geográficamente,
limita con la mayor parte de las comarcas naturales de Álava,
como son la Llanada Alavesa por el norte, los Valles Alaveses
por el oeste y la Montaña Alavesa por el sur y el este.
No es
fácil establecer características comunes que unifiquen
en escuela alguna los abundantes ejemplos románicos que
nos han llegado en el Condado de Treviño, salvo que se
trata de un románico especialmente tardío, elegante,
con influencias de la galanura gótica que llega desde el
extranjero a comienzos del siglo XIII, como ocurre en la arquitectura
románica de todo el entorno alavés.
Probablemente
todos los edificios románicos de esta comarca del Condado
de Treviño fueron construidos en las postrimerías
del siglo XII o, con mayor probabilidad, en las primeras décadas
del XIII. En este sentido hay una franca mayoría de puertas
con arquivoltas apuntadas con respecto a las que tiene arcos semicirculares.
También
es bastante común en todas estas iglesias encontrar la
influencia escultórica y decorativa del importante monasterio
alavés de Santa María de Estíbaliz.
En este recorrido por el arte románico del
Condado de Treviño hemos elegido las iglesias que son,
probablemente, las más emblemáticas: Nuestra
Señora de la Asunción de Uzquiano, La Ermita
de la Concepción de San Vicentejo de Treviño,
San Juan Bautista de Obécuri, San Andrés
de Saraso, La Asunción de Fuidio y San Martín
de Zar.
Comprobaremos
que la mejor iglesia del grupo es la de San Vicentejo, que se
encuentra íntegra y con una decoración arquitectónica
muy especial.
Pero lo
que encontraremos básicamente en el Condado de Treviño
es un gran número de portadas. Son estructuras tardías
de arquivoltas apuntadas y gran número de columnas con
decoración vegetal, aunque algunas de ellas también
poseen interesante iconografía, como la de Saraso.
San
Vicentejo de Treviño
Sin duda,
el edificio de la ermita de "La Concepción" de San
Vicentejo de Treviño es la más preciada joya
artística de todo el Condado de Treviño.
La fábrica
es excepcional, por su modélica sillería. El edificio
se compone de una sola nave de planta rectangular y ábside
semicircular. Cuatro haces de columnas dividen el ábside
en cinco paños. Estos paños presentan en su parte
superior arcos trilobulados y debajo ventanales rodeados por arcos
apuntados que apoyan en columnas.
La portada
está al sur y tiene cinco arquivoltas abocinadas y apoyadas
sobre columnas y jambas.
Interiormente
los apoyos y arquerías reproducen el original estilo desarrollado
en el exterior.
En fin,
estamos ante una obra románica singular por su calidad
y por los elementos originales que aporta. A la complejidad arquitectónica
del ábside se le une la escultura monumental de calidad
estética muy acusada.
Más
información de la Ermita
de San Vicentejo de Treviño
Uzquiano
La
iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Uzquiano
es otro de los buenos monumentos románicos que atesora
el Condado de Treviño.
Esta
población se sitúa a tan solo dos kilómetros
al sur de San Vicentejo de Treviño. La iglesia parroquial
dedicada a Nuestra Señora de la Asunción se encuentra
en lo alto de una pequeña loma al pie de la carretera BU-750.
Tiene
una nave cubierta por bóveda de medio cañón
apuntado con arcos fajones y cabecera de ábside plano con
un complejo ventanal -tipo portada- en el testero con un total
de tres arquivoltas planas y lisas sobre otras tantas parejas
de columnas. Sus capiteles muestras hojas anchas similares a las
de los helechos y volutas EL campanario de los pies es una obra
efectuada entre los siglos XVII y XVIII.
El mayor
atractivo del templo puede estar representado por las dos portadas
románicas situadas en el muro sur. La propia es aquélla
que se encuentra cobijada por un pórtico moderno del siglo
XVIII y la ubicada al exterior del muro, junto a la cabecera,
perteneció a la arruinada iglesia parroquial de la localidad
de Ochate y que fue desmontada y aquí colocada en el año
1964.
Nos centraremos
primero en la puerta original de la iglesia de Uzquiano. Está
bastante agobiada por las estructuras del citado porche del siglo
XVIII. Su bocina está formada por seis arquivoltas baquetonadas
y desornamentadas cuyo perfil insinúa un ligero apuntamiento.
Las diez
columnas tienen fustes cilíndricos y cestas mayoritariamente
vegetales, aunque también apreciamos -a pesar del desgaste-
algunas cabecitas humanas, una de elles entre dos aves.
De mayor
calidad y atractivo plástico es la puerta montada en la
parte exterior, proveniente de Ochate.
Los arcos
son más acusadamente ojivales y están mucho más
decorados a base arbolitos que flanquean unas entrañas
figuras acorazonadas, que puede ser interpretadas como panales
de abejas o, incluso, cálices, además de grandes
florones de volumen cercano a lo piramidal.
Los capiteles
de las columnas y de las jambas interiores están esculpidos
con temas variados que abarcan desde águilas atrapando
liebres, arpías masculinas coronadas, una escena confusa
por la erosión que parece ocuparse de la matanza del cerdo
o, quizás, una montería de jabalíes, una
cabeza humana, un condenado entre diablos, etc.
Treviño
Treviño es una pequeña
localidad que no llega a los trescientos habitantes. Sin embargo
es la capital de Condado homónimo. De su templo parroquial
dedicado a San Pedro nos vamos a centrar en la monumental portada
que se cobija bajo un pórtico abovedado en el costado meridional.
Una simple ojeada nos confirma lo tardío
de su edificación, con probabilidad en las postrimerías
del siglo XIII. En efecto tras el fuero de 1254 que otorga a la
villa Alfonso X el Sabio debió crecer en importancia y
sería cuando se construye el templo gótico actual.
Desgraciadamente, la mayor parte del edificio será reconstruida
en los siglos XVII y XVIII.
Por ello, la citada portada, aunque
cuenta con resabios constructivos e iconográficos románicos,
se puede considerar una obra eminentemente gótica.
Además
de sus grandes proporciones, lo que ha dado renombre a la puerta
de la parroquial de Treviño es su repertorio escultórico
que se extiende por algunos de sus capiteles y en tres de sus
arquivoltas. Sin duda la más interesante es la exterior
de todas ellas que muestra en sus veintidós dovelas de
forma alternante un completo calendario agrícola junto
con un poco habitual zodiaco.
Aunque hay algún desorden en
el montaje de las dovelas y algunas tallas de iconografía
de difícil interpretación es posible adivinar la
mayoría de los meses y sus correspondientes actividades:
enero: Jano bifronte; febrero: labriego calentándose al
fuego; marzo: poda de las viñas, abril: fiestas primaverales;
mayo: cetrería; agosto: trilla con mayal; septiembre: vendimia;
octubre: trasiego del vino; noviembre: matanza del cerdo y diciembre:
banquete navideño. Quedan en duda los meses de junio y
julio.
En cuanto a los signos del zodiaco tampoco
aparecen todos (al menos de forma clara) sino un total de ocho.
Pero la puerta de San Pedro de Treviño
aporta un sinfín de detalles escultóricos complementarios
y con sus significación alegóricos y simbólicos
como ángeles, una posible Anunciación, animales
del bestiario como dragones y arpías, una enorme variedad
de motivos vegetales como hojas de encina, etc.
Este conjunto iconográfico que
enfatiza el devenir de los ciclos del tiempo está resaltado
simbólicamente -como bien ha sabido observar la profesora
Gorka López de Munain- con el reiterado uso simbólico
del número 12 en el número de columnas y decoraciones
florales.
Aunque lógicamente se sale del
panorama románico de este apartado, no podemos dejar de
mencionar la escultura que se encuentra encastrada es una de las
esquinas del templo. Se conoce como la Virgen Blanca y es una
armoniosa escultura de la Virgen María de pie portando
al Niño.
Saraso
Nos alegramos
de que la iglesia de San Andrés de Saraso haya sido
recientemente restaurada pues se encontraba en alarmante estado.
Afortunadamente, en estos momentos luce perfectamente y se han
puesto en valor los bastantes elementos tardorrománicos
que conserva, como es la puerta del muro sur y dos ventanales
de la cabecera.
De momento,
nos centraremos en su portada que es lo más interesante,
por la escultura de sus capiteles, del templo y también
del arte medieval del Condado de Treviño.
Está esta puerta cubierta por
un porche abierto. Está compuesta por un tímpano
liso, cinco arquivoltas apuntadas y tres pares de columnas. Lo
curioso es que las jambas que se sitúan entre las columnas
también están encapiteladas por lo que la superficie
esculpida alcanza los diez capiteles.
En ellos se aprecia una plástica que podríamos calificar
de gótica, emparentada con los de la puerta de la iglesia
de Tuesta.
Existe una variada gama de figuraciones religiosas:
dos crucifixiones. Una con el crucificado en horizontal (se ha
interpretado como San Andrés) y otro cabeza abajo (con
cierta seguridad se trata de San Pedro).
En otro capitel aparece un personaje con una cruz
(Cristo) frente a dos mujeres. Se han dado interpretaciones variadas:
las Tres Marías (solo hay dos) ante Jesús resucitado.
También podría ser el Noli me Tangere u otro momento
del relato evangélico.
En el plano sociocostumbrista tenemos relieves que
muestran la cacería del jabalí, dos luchadores,
dos féminas que portan un objeto actualmente inidentificable
y otra escena donde parece que un jinete persigue a un cánido
que lleva otro animal en las fauces (una posible cría).
Este grupo escultórico ha sido interpretado, sin embargo,
por otros como Sansón y el león.
Otro elemento interesante de esta puerta de la iglesia
de Saraso es la pareja de mochetas que soportan el tímpano.
Una de ellas lleva una cabeza humana que se echa las manos a la
boca y en la otra, aparece una cabeza monstruosa.
Dejando esta interesante puerta tardorrománica,
podemos observar también dos ventanales de la cabecera.
Ambos están compuestos de dos arquivoltas planas de aristas
vivas, guardapolvos sencillo y doble pareja de columnitas.
Aguillo
La iglesia
de San Pedro de Aguillo se encuentra a tan solo 4 kilómetros
de Saraso. Es perfectamente posible que en ambos lugares trabajara
el mismo taller, a su vez, vinculado a la escultura de la iglesia
alavesa de Tuesta y otras del Condado de Treviño.
La iglesia de San Pedro de Aguillo conserva
una amplia edificación gótica con cabecera poligonal. Del siglo
XIII avanzado nos ha llegado una preciosa portada que tiene como
lamentable "curiosidad" la de haber perdido las arquivoltas por
la construcción del pórtico moderno. Sin embargo, ha sabido conservar
una estupenda colección de capiteles figurados de gran interés.
Contaba con numerosas arquivoltas apuntadas
en cuya base queda una colección de columnas de distinto
grosor en cuyos espacios intermedios se ubicaron puntas de diamante
muy finas y desarrolladas.
Los motivos esculpidos son variados
y en distinto grado de conservación. Probablemente lo más
espectacular es la pareja de mochetas del tímpano que muestra
dos enormes y fieras cabezas, muy probablemente de leones.
En los capiteles hay diversas escenas
bíblicas, entre las que se aprecian con claridad el Pecado
Original y Sansón encima del león en el momento
de su combate. También aparecen ángeles, demonios,
un águila atrapando a un animal, la matanza de un cerdo,
etc.
Fuidio
A escasos kilómetros de Saraso, en dirección
al sureste, encontramos la aldea de Fuidio con su iglesia dedicada
a Nuestra Señora de la Asunción.
En ella encontramos una coqueta portadita románica
con arquivoltas de medio punto y cuatro columnas con fustes decorados
al modo del Monasterio de Estíbaliz a base de dameros,
cesteado, flores de cuatro pétalos, etc.
Por su parte, los capiteles del lado izquierdo según
mira el espectador son de grandes pomas, mientras que los del
derecho muestran escenas de combate entre animales: posiblemente
dragones enfrentados a leones.
San Martín de Zar
Al suroeste del Condado de Treviño, en la
localidad de San Martín de Zar podemos visitar la iglesia
de San Martín. Puesto que los originales muros sur y oeste
fueron completamente desvirtuadas, tenemos que fijarnos casi exclusivamente
en su bonito ábside construido con perfectos sillares de
piedra rosada.
Un amplio tejado moderno resguarda el tambor que
se articula mediante dos columnas entregas que no llegan al alero.
Rematan los fustes de estas columnas dos capiteles cúbicos
cuyas tres caras vistas muestran una pareja de arquitos semicirculares
sobre cortos pilares.
En el paño central hay un estrecho ventanal
con gruesas columnas y arquivolta muy des-arrollada. Los capiteles
llevan unas figuras escamosas en forma de bucle que podrían
representar serpientes enroscadas de extraña factura.
Los canecillos que sujetan el alero de la cornisa
muestran algunos relieves geométricos sencillos pero no
faltan los temas zoomorfos como un pez, dos aves bebiendo de un
cáliz alargado o una cabeza de animal.
Los canecillos de la cornisa muestran algunos relieves
geométricos sencillos pero no faltan los temas zoomorfos
como un pez, dos aves bebiendo de un cáliz alargado o una
cabeza de animal.
Obécuri
La iglesia
de Obécuri, población situada al este del
Condado de Treviño, fue un edificio tardorrománico
del siglo XIII de grandes proporciones y fábrica de sillería
Sin embargo,
ha sufrido alteraciones importantes. La más aparatosa es
la construcción de la torre en el muro sur que tapa parte
de la gran portada monumental.
Fotos
del Condado de Treviño |
|
San
Vicentejo de Treviño (Condado de Treviño) |
|
Iglesia
de Obécuri. Condado de Treviño |
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Portada,
Obécuri. Condado de Treviño |
Pinche
para agrandar
|
A pesar de
ello, se trata de una puerta de gran porte y belleza. Tiene tímpano
liso y seis arquivoltas ligeramente apuntadas, de gran desarrollo
y abocinamiento. Dichos arcos son baquetonados con alguna decoración
de taqueado y palmetas.
Las columnas
llevan capiteles vegetales de gran finura aunque algo maltrechos.
Esta puerta
de Obécuri, indudablemente, respira aires cistercienses.